¿Mantienes "joven" tu metabolismo?
Actualizado: 25 feb 2021
La palabra metabolismo viene del griego y quiere decir "capacidad de cambio". El metabolismo es el proceso corporal encargado de producir y quemar energía a partir de los alimentos, es indispensable para vivir, y forma parte íntima de procesos como respirar, pensar, digerir, hacer circular la sangre, mantener la temperatura de tu cuerpo, entre otros.
El metabolismo se divide en dos tipos de procesos: anabolismo, que produce moléculas y sustancias, consumiendo energía; y catabolismo, que produce energía a partir de moléculas, como el azúcar. Cada proceso metabólico es una intrincada sucesión de reacciones químicas, de intercambio de moléculas, y de gradiente de sustancias, que permiten que todo funcione.
El factor principal que aumenta la actividad de tu metabolismo o, dicho de otra manera, que consume más sustancias de reserva y produce más energía, es el ejercicio.
A pesar de que algunas otras actividades corporales consumen muchísima energía, como pensar, mantener el sistema excretor o la temperatura corporal, ninguna consume tantísimo como moverte.

El músculo comienza a consumir glucosa, reduciendo la concentración inmediata en sangre. Cuando no es suficiente, el glucógeno y la grasa ya están en proceso de catabolismo para suministrar la energía necesaria. Este cambio en las sustancias provoca nuevas señales que hacen que el sistema se mantenga y así se "activa" el metabolismo.
Ya tenemos a tu metabolismo activado, produciendo energía para suplir las necesidades del músculo y otras partes del cuerpo.
Esto ocurre gracias a nuestro sistema de homeostasis, que se encarga de mantener el equilibrio de todos los procesos que ocurren en el cuerpo para que, básicamente, no te mueras. Este sistema es muy preciso, y engloba a multitud de procesos metabólicos.
Cuando llevas un rato haciendo ejercicio y, de pronto, paras, tu sistema todavía permanece un tiempo consumiendo glúcidos y grasas para producir energía, mientras todo se regula y desaparecen las señales que "activan" el metabolismo.
Se necesita cierto tiempo para que el consumo vuelva a ser el de estado de reposo. Este proceso muchas veces se confunde con la idea de que podemos "activar" nuestro metabolismo a voluntad y de una manera casi maravillosa para comenzar a consumir sustancias de reserva sin hacer nada.
El gasto metabólico, es decir, la energía que consumes, depende de muchos factores y de cada cuerpo. Así, el peso, la cantidad de músculo, la edad, y el sexo determinan que un metabolismo sea más o menos activo.
La única manera, ya que es la única que podemos controlar, de acelerar tu metabolismo es aumentar la masa muscular y ponerte en forma. Un metabolismo lento está asociado a un cuerpo con gran cantidad de grasa, viejo o disfuncional. Por el contrario, un metabolismo rápido, que se activa velozmente y comienza a consumir grasa antes, corresponde a un cuerpo entrenado.
Es tu músculo y su necesidad energética, el mejor y casi único activador del metabolismo. Cuantas más células musculares, cuanto más tejido magro, más fácil es que la maquinaria celular consuma energía y, por tanto, más sustancias de reserva queme. Además de activarse más rápidamente y reaccionar mejor.
Esta es la razón por la cual una persona con una vida activa tiene una tasa metabólica basal mayor. La tasa metabólica basal es la cantidad de energía que necesita nuestro cuerpo para mantenerse en estado de reposo. Esta aumenta cuanto mayor es la cantidad de músculo en tu cuerpo.
La conclusión es clara, tu plan de entrenamiento y dieta ha de estar diseñado para ganar masa muscular, de esta manera mantendrás tu "metabolismo joven" y la grasa a raya.